Muchos
autores de una manera u otra coinciden en que la evaluación es:
1.
Un proceso sistemático y continuo.
2. Permite emitir un juicio
independientemente de lo que se evalúa.
3. Ofrece información útil con el fin de
hacer valoraciones para la tomar
una decisión.
Son muchos los que han dado su definición,
pero queremos puntualizar el concepto que a nuestro juicio se ajusta a nuestro
contexto y es el de Giovanis
Lafrancesco (1995) para él “la evaluación es un proceso sistemático y
permanente que comprende la búsqueda y obtención de información de diversas
fuentes acerca de la realidad del desempeño, avance, rendimiento o logro del
estudiante ,de la calidad de los procesos empleados por los docentes, la
organización y análisis de la información a manera de diagnóstico, la
determinación de su importancia y pertenencia de conformidad con los objetivos
que se esperan alcanzar, todos con el fin de tomar decisiones que orienten el
aprendizaje y los esfuerzos de la gestión docente”.
Por la naturaleza propia de los fenómenos
psicológicos y por la dinámica y complejidad del aprendizaje es imposible que
se pueda evaluar el aprendizaje en su totalidad, de aquí que la evaluación del
aprendizaje tradicionalmente se ha utilizado para medir el aprendizaje de los
estudiantes de forma cuantitativa y proporcionar resultados parciales del mismo
sobre un tema dado y otorgar una calificación, reflejando únicamente lo que se
aprendió en ese momento acerca de algunos aspectos; lo cual no nos brinda todos
los elementos para emitir un juicio valorativo de forma integral.
Por tales razones en la actualidad se
requiere de una exploración de nuevas formas de evaluación que nos permitan
reflejar de una manera integral el aprendizaje, la comprensión, los logros, la
motivación y las actitudes del estudiante, una evaluación que no solo haga
énfasis en lo cuantitativo, sino
también en lo cualitativo.
En la evaluación del aprendizaje de los
estudiantes debe romperse los métodos tradicionales al identificar la
evaluación con la calificación o como el acto de otorgar una nota, esta debe
caracterizarse por su justeza, su objetividad; una evaluación desarrolladora y
funcional que satisfaga las necesidades académicas de los estudiantes
propiciando el desarrollo de su auto perfeccionamiento, su autonomía y por la
coherencia entre lo que se imparte y cómo se imparte, con lo que debe
evaluarse.
La evaluación debe seguir configurándose
como un proceso más que como un
suceso, enfatizar los roles de diagnóstico
y formativo para identificar las
necesidades y problemas del aprendizaje individual y poner en evidencia los
puntos débiles y fuertes del estudiantes, esta debe ser continua y sistemática que nos permita tener en
cuenta el desarrollo armónico de los estudiantes en los diferentes momentos del
proceso educativo, flexible para que
pueda adaptarse a los diferentes niveles de enseñanza y a las características individuales de
los estudiantes, debe ser integral
que abarque lo cognitivo y lo formativo; así como debe ser progresiva y prospectiva para verificar la calidad y el nivel de lo
aprendido, que refleje de una manera completa el aprendizaje, la comprensión,
los logros, la motivación y las actitudes del estudiante respecto al proceso
enseñanza-aprendizaje.
Ahora bien siempre que hablemos de
evaluación del aprendizaje de los estudiantes, inevitablemente debemos hacernos
y quedar resueltas las siguientes interrogantes ¿Qué evaluar?, ¿Por qué evaluar?, ¿Para qué evaluar?, ¿Cómo
evaluar? y ¿Cuándo evaluar? A
estas interrogantes trataremos
de darles respuestas, que quizás no sean la más certeras pero si un
acercamiento a la realidad de las mismas.
A la pregunta ¿qué evaluar? Como respuesta podríamos decir “el
aprendizaje de los alumnos”, a lo que inevitablemente se le suma una
interrogante ¿Qué es el aprendizaje?, el cual según Doris Castellano. Lo
define como “un proceso dialéctico de apropiación de conocimientos y las formas
de conocer, hacer, convivir y ser construidos en la experiencia
socio-históricas, en la cual se produce como resultado del individuo y la
interacción con otras personas, cambios relativamente duraderos, transformarla
y crecer como personalidad”.
¿Para qué evaluar?, en primer lugar para medir los resultados en el aprendizaje y
que sirva de exploración para aplicar nuevas formas de evaluación que nos
permitan medir la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje; a esto se le une
las funciones de la evaluación.
A la hora de preguntarnos ¿Por qué evaluar? Podríamos respondernos, para
medir, apreciar, valorar, conocer el estado de algo, etc. En la educación la
intención fundamental de la evaluación es para conocer la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje,
así como el desempeño, avance y rendimiento del estudiante. La evaluación nos
ofrece cómo comprobar y mejorar la eficacia del proceso educativo, constituye
un medio para lograr el fin propuesto.
¿Cómo desarrollar la evaluación? esta debe desarrollarse de la manera más transparente posible y
en correspondencia a las características individuales de cada estudiante, a la
capacidad de esto sobre lo aprendido, el profesor no puede aparentar ser un
controlador o un juez que dicta una sanción, en el proceso de evaluación debe
existir una relación interpersonal profesor-alumno, donde incluso el alumno sea
capaz de poder autoevaluarse a partir de las reflexiones sobre lo preguntado
por el profesor.
A la interrogante ¿cuándo evaluar?, a esta interrogante debemos
respondernos, todos los días, en cada turno de clases, en cada actividad
docente y extra docente planificada, no puede pasar momento en que el profesor
este frente a sus alumnos y no evalué a éstos.
Resulta evidente, en consecuencia, que la
evaluación es un proceso. Como tal, se desarrolla a través de etapas. Estas
etapas son las siguientes: Planificación de la evaluación, selección de
información, interpretación de la información, comunicación de los resultados y
toma de decisiones.
La evaluación debe ser un proceso continuo,
dinámico, cíclico por naturaleza, es decir, un proceso de observación y
reformulación constante de juicios sobre estructuras conceptuales de los
estudiantes.